domingo, 26 de febrero de 2012

Paternidad responsable: dificultades de su pastoral


 La pastoral de paternidad responsable desemboca en una adecuada y amplia difusión de los métodos naturales de regulación de la fertilidad humana. Debe contar con la resistencia del ambiente actual. Con certeza encontrará muchos obstáculos para lograr ese objetivo. Antes de la planificación pastoral, conviene hacer consciente los problemas concretos que enfrenta la difusión de los métodos naturales. Sólo así será posible elaborar un programa efectivo.

LA FALTA DE CONVICCIÓN ENTRE LOS RESPONSABLES
La primera dificultad proviene de los mismos responsables de la pastoral. En amplios círculos clericales, se nota un cierto escepticismo en relación a la plena validez de los métodos naturales de regulación de la fertilidad.
Mientras obispos, sacerdotes, diáconos y demás agentes pastorales no se hayan metido en profundidad en el tema y hayan elaborado, seriamente, sus convicciones, es difícil esperar que la pastoral de la paternidad responsable reciba un impulso fuerte y una orientación clara. Los matrimonios usuarios serán los testigos que avalen esta orientación pastoral.

2° FACTORES QUE DESPRESTIGIAN LOS MÉTODOS NATURALES
Hay muchos factores que desprestigian los métodos naturales. Para superarlos, hay que conocerlos. Vamos a señalar sólo aquellos más evidentes y comunes.
1. La mentalidad antivida
El mundo actual está marcado por una mentalidad antivida, que ha sido fomentada artificialmente por el mundo desarrollado, por razones geopolíticas. El control de la natalidad por todos los medios es parte de una política de “seguridad nacional”. Juan Pablo II nos previene frente a esta realidad. Las campañas antinatalistas, maliciosamente propiciadas o impuestas por el Primer Mundo, especialmente con la complicidad de la IPPF (APROFA), ejercen una fuerte presión en toda la sociedad.

2. Formación prejuiciada en el área de la salud
La formación prejuiciada que se ha impartido, en este campo, en muchas Escuelas de Medicina, Obstetricia y Enfermería durante largo tiempo. Esto repercute en médicos y enfermeras. En ellas se estudian en detalle los métodos artificiales de control de la fertilidad. En cambio, los métodos naturales, salvo raras excepciones, sólo se nombran como algo raro, haciendo hincapié en su ineficacia.

3. Decepción de muchos usuarios
Las personas que han hecho un mal uso de los métodos naturales y los declaran inútiles y poco científicos constituyen una pésima propaganda. Han acuñado los términos hijo de Billings como antes lo hacían con los hijos de Ogino. Son incontables las personas a las cuales les ha fallado el método y como no se han detenido a averiguar si fue por causa de ellas mismas, lo descalifican sin más. Normalmente, son ellas las que influyen más sobre las mujeres católicas. A ese fenómeno hay que contraponer las estadísticas publicadas por la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones en las que se avala la rigurosidad científica de los métodos naturales y su contribución a la salud integral de las usuarias.

4. Sacerdotes con prejuicios
Muchos sacerdotes parten de una base errada. Sin detenerse a comprobarlo, sostienen que en amplios círculos de la sociedad, especialmente los estratos socioculturales de bajos ingresos, es imposible proponer esos métodos. Hablan de una utopía. Un crecido número incluso nunca se han metido en el tema, pero no se privan de opinar al respecto. Muchos opinan que dar a conocer esta forma evangélica de vivir la sexualidad es sobrecargar a la gente, que ya tiene suficientes problemas. Vendría a ser una auténtica falta de caridad.

5. Psicosis anticonceptiva
El ambiente público está cargado de una mentalidad anticonceptiva. Es un tema recurrente, en los medios de comunicación, que crea una verdadera angustia frente a la procreación. No en vano el siglo pasado le dio a los hijos el apelativo de carga familiar. A esto se suman los comentarios descalificadores irresponsables que hacen muchas personas serias, en sus círculos sociales y familiares, creando un ambiente negativo al respecto.

3° DIVERSAS FORMAS DE IGNORANCIA.
Como una dificultad especial para introducir los métodos naturales de regulación se pueden constatar diversos tipos de ignorancia.

1. Sobre los progresos científicos al respecto.
Hay personas responsables dentro de la Iglesia que poseen una información atrasada. Se quedaron en una primera etapa del proceso y no se han actualizado. Son incontables las personas de Iglesia que aseguran que se trata de métodos que no sólo son inseguros sino, además, excesivamente complicados.

2. Sobre la aplicación de los métodos.
Faltan espacios donde se entregue una información oportuna, adecuada y convincente. Además, hay personas que han leído algún folleto de difusión y sin mayor profundización han tratado de aplicarlos. Son los más expuestos a ser fuente de prejuicios.

3. Sobre las implicaciones de la doctrina
Por último, algunos católicos no han logrado compaginar la doctrina sobre el amor conyugal, la sexualidad y la vida, con el resto de la doctrina de la Iglesia. Se les produce una dicotomía. Tienen la impresión de que, en esta materia, se está ante una imposición arbitraria, propia de personas que no viven los problemas de la sexualidad, en razón del celibato.

4° EL USO DE ESTRATEGIAS ERRADAS EN LA DIFUSIÓN.
El progreso de la pastoral de paternidad responsable se ha visto dificultada también por los esfuerzos para difundir los métodos naturales que han realizado personas de buena voluntad, pero mal orientadas.

1. Presentación como método anticonceptivo lícito
Se puede constatar que, en muchos centros de atención de usuarios de métodos naturales, se les ha dado la imagen de que se trata simplemente de aprender a utilizar métodos anticonceptivos lícitos. No se hace hincapié en la espiritualidad que le da sentido. Los métodos naturales presuponen el amor a la vida y una apertura gozosa a la paternidad.
Hay quienes olvidan que estos métodos naturales forman parte integrante de una manera de vivir el amor hermoso que requieren una formación adecuada y se apoya en una mística. Se les olvida que se trata de un complemento valioso para ayudar a los esposos a vivir el amor y la sexualidad conyugales como camino de santidad. Desprovistos de mística, los métodos naturales tienden a perder su pleno sentido.

2. Presentación moralista
Hay quienes, habiendo vivido una auténtica conversión en relación a los métodos naturales, actúan en forma excesivamente apasionada al propiciarlos. Corren el riesgo de absolutizarlos y de crear anticuerpos en las personas que les escuchan. Algunos, incluso, han ido más lejos, los presentan en un contexto moralista con terminologías condenatorias. Este tipo de presentaciones muchas veces proviene de ciertos círculos de una jerarquía que se preocupa poco del aspecto pastoral y que ve su misión sólo en proclamar verdades de fe.

5° FALTA DE MÉDICOS Y MATRONAS DISPONIBLES.
Se suele producir un fenómeno curioso: hay sectores donde existe un buen equipo profesional de apoyo, pero faltan las personas interesadas en transformarse en usuarios de los métodos naturales; en cambio, hay otros donde no es posible poner un centro de atención por falta del apoyo médico.
Esta pastoral depende de la buena voluntad de los profesionales. Muchos agentes pastorales ven a los médicos y enfermeras tan ocupados, que tienen el temor de que sean inaccesibles. Esto los inhibe de propiciar la pastoral de métodos naturales en sus respectivas parroquias. Tienen miedo de hacer una oferta a la que no pueden responder. Hay que hacer un esfuerzo por superar prejuicios y por facilitar el acceso de los responsables de la pastoral familiar a los equipos de la salud que sirven este campo. Una descoordinación entre ambas instancias, responsables de la pastoral familiar y equipos de profesionales, puede frenar todo el proceso.
6° LAS ACTITUDES DEFENSIVAS Y PREJUICIADAS
Se puede constatar que muchas personas católicas activas, frente al tema de los métodos naturales, reaccionan de una manera abiertamente traumática. Están en una actitud defensiva que va más allá de lo normal. La pregunta que nos plateamos es ¿de dónde surgen los prejuicios que las cierran? La respuesta a esta pregunta es muy importante para establecer las pautas pastorales.

1. Temor a cambiar de hábitos
Es difícil dejar hábitos adquiridos y cultivados. Se piensa que con ellos se es feliz. Es así como muchas parejas, sin mayor reflexión, se han habituado a usar otros métodos y les parece que cambiar su rutina va a significar un desajuste total en sus vidas. Esto vale, especialmente, para matrimonios de mediana edad.

2. Temor a la responsabilidad de un nuevo hijo
Muchas personas entienden mal la postura de la Iglesia en el tema de la procreación. Piensan que ella propicia que los matrimonios tengan indiscriminadamente hijos, sin una ponderación bien hecha ante Dios. Esto los desanima a atenerse a sus orientaciones. La Iglesia, por el contrario, invita a los esposos a una reflexión profunda ante Dios para saber cuál es el número de hijos que les corresponde según la fisonomía global de su familia. El ambiente actual, no sin fundamentos bastante contundentes, presentan al hijo como un problema económico insuperable (hospital, médico, alimentación, educación, vestuario, etc.). La sola idea de traer un nuevo hijo al mundo causa un auténtico pánico. No es puro comodismo ni falta de generosidad. La sociedad entera se ha organizado considerando sólo familias nucleares pequeñas, el tamaño de las casas, los medios de transporte, los sueldos, etc., todo se confabula. Sería un error confundir el temor con el egoísmo.

3. Temor a asumir molestias y limitaciones
Ciertamente que, junto con la dificultad de tener una familia numerosa en una sociedad que socioeconómicamente está diseñada para admitir sólo familias pequeñas, existe una fuerte corriente hedonista y sensualista. Cualquier cosa que se presente con la perspectiva de asumir molestias y limitaciones produce espanto y rechazo inmediato.

7° DUDAS SOBRE LAS BASES DE LA DOCTRINA
En algunos círculos más cultos, dentro de la Iglesia, aún subsisten las dudas planteadas por la Comisión de Expertos constituida por Juan XXIII para estudiar el uso de los medios anticonceptivos. La mayoría en esa comisión pensó que era conveniente aceptar el uso de esos medios novedosos que ofrecía la ciencia médica para producir artificialmente períodos de infertilidad. El peso de la Comisión era enorme, ya que incluía personalidades tan prominentes como los futuros Papas Juan Pablo I y Juan Pablo II. Esto hizo pensar a muchas personas de alto nivel eclesial que la promulgación de la Humanae Vitae habría sido un error doctrinal de Paulo VI. Es interesante saber que el Cardenal Albino Luciani, que era proclive al uso de la progesterona como anticonceptivo, más tarde, cuando fue elegido Papa Juan Pablo I, entre las pocas cosas que alcanzó a realizar en sus 33 días de pontificado fue ratificar la Humanae Vitae. Para Paulo VI, las declaraciones doctrinales de sus antecesores pesó más que el de la Comisión. No se sintió autorizado para desdecir a Pío XI y a Pío XII.
Estas dudas han salido más allá del ámbito estrecho de los teólogos. Hay quienes, incluso, abiertamente sostienen que los métodos naturales no son sino formas de manipulación artificial de la sexualidad. Algunos piensan que el hecho de que la continencia periódica obligue a la mujer a tener relaciones íntimas en los momentos de su menor apetencia, es una voz de Dios que habla desde la naturaleza misma. Según ellos, este método atenta en contra de la espontaneidad de la expresión del amor.

8° DESCONTROL ÉTICO
Por último, otro aspecto que gravita fuertemente como obstáculo es el surgimiento del hombre light, esto es, un tipo de personalidad que no tolera normas, ni disciplinas. El caldo de cultivo de este tipo de hombre es el relativismo moral en que se debate un mundo que recién viene saliendo de un largo tiempo de moralismo y dogmatismo rígidos. Los hombres actuales, especialmente los jóvenes, se sitúan al margen de cualquier control ético y autoeducación. Los métodos naturales son una expresión eminente de un hombre orientado por principios y que aspira a lo sublime.
Por una parte, muchos rechazan los métodos por exceso de hedonismo, esto es, porque se ha idealizado de tal manera el placer, como finalidad de la vida humana, que cualquier privación, aunque sea temporal y por una felicidad mayor, aparece como intolerable y fuera de lugar. Por otra parte, la falta de comunicación afectiva y de diálogo, junto con las carencias y vacíos del corazón, han creado un clima de exacerbación de la sexualidad. Para muchos, es el único camino para comunicarse y temen que se les limite

No hay comentarios:

Publicar un comentario