Con motivo de mi reciente entrada sobre los corsos, he recibido algunos comentarios en desacuerdo con lo expresado. En algunos se discutían los argumentos utilizados, en otros la forma. Y en uno de ellos me hacían la pregunta que da el título de esta entrada: ¿Usted hizo algun sermón hablando de los sacerdotes pedófilos?
La respuesta es ¡sí, muchos!. Con mi párroco tratamos de estar atentos a los sucesos que conmueven a los fieles cristianos, y durante las diferentes crisis que han surgido -por ejemplo, cuando se dio trascendencia mediática a la cuestión Grassi, sobre la cual pienso que es absolutamente "armada" y falsa- hemos intentado abordar este complejo tema desde la homilía.
Personalmente, lo hago cada vez que me toca predicar una novena o una misión, porque sé que para muchas personas nuestras debilidades son un gran obstáculo para creer. El año pasado, lo hice al hablar del artículo del Credo: "Creo en la Santa Iglesia Católica", y cómo podemos profesar la santidad de la Iglesia dirigida por sacerdotes débiles y miserables.
Este año prediqué sobre los sacramentos. Y hablé de los pecados de los sacerdotes al referirme a la Confesión y luego al hablar sobre el Orden Sagrado y el celibato sacerdotal.
Pero más allá de lo que yo pueda decir, creo que para conocer lo que la Iglesia enseña al respecto, y sobre todo para saber qué dice y hace la Iglesia en los casos de abusos de sacerdotes hacia menores a su cargo, basta con escuchar al Santo Padre Benedicto XVI. Con una valentía y un amor a la verdad ejemplares, el Papa ha reconocido, deplorado y condenado estos "crímenes abominables" -son sus palabras- y ha puesto en marcha en la Iglesia toda una nueva forma de encarar estas dolorosísimas situaciones, que algunos llaman "tolerancia cero" y que tiene tal vez su expresión más radical en la frase del Papa en Australia: "Los culpables de abuso deben ser llevaos a la justicia". Todo lo contrario de la actitud que, erróneamente -aunque quizá con buena intención- tomaron muchos obispos y sacerdotes al encubrir casos de pedofilia para evitar el escándalo.
Por eso me tomo el atrevimiento de sugerirles la lectura de dos excelentes artículos, publicados en www.zenit.org que sintetizan el Magisterio de nuestro actual pontífice y echan luz sobre esta compleja cuestión. Los artículos son:
El magisterio de Benedicto XVI sobre abusos sexuales de sacerdotes
y
¿Es santa la Iglesia?
En una de sus últimas intervenciones, el Santo Padre identifica la raíz de estos terribles males con una "crisis de fe" en la Iglesia. Cuando Cristo deja de ser el centro, cuando su Palabra y su presencia en la Eucaristía no son el alma de la vida sacerdotal, todo se derrumba. Y se cumple entonces el antiguo adagio "corruptio optimi pessima": que puede traducirse como "la corrupción de lo mejor es lo peor". Un sacerdote corrompido, un sacerdote infiel, es quizá la mayor expresión del pecado que pueda pensarse, porque es la perversión del aquél que debería ser, mas que nadie, reflejo de la Santidad de Jesús.
En este tiempo de Cuaresma que hoy comenzamos, la Cuaresma del año Sacerdotal, quisiera pedirles a todos que recen insistentemente al Buen Pastor, para que quienes debemos ser su imagen viva y transparente estemos cada día más a la altura de nuestra misión. Que el Sñor nos purifique con su gracia y que por nuestra imitación del Maestro, muchos puedan conocer su rostro y su amor misericordioso.
La ventaja de que un sacerdote predique la Verdad es que, cualquier persona puede estar de acuerdo o molestarle, pero siempre lo dejará reflexionando. Y en el fondo del alma se sabe que, aunque no guste, es la Verdad.
ResponderEliminarEl sensum fidei actúa siempre. Y, los sacerdotes q la dicen clara, son un punto de referencia, aunque no siempre sea agradable. Y por eso, más de una vez se llevan malos ratos. La mayoría de esas veces no es contra "el cura". Es porque esa Verdad está llamando a esa persona, y para eso lo moviliza interiormente.
Sino fuera de esto, ¿por qué le molestaría? Hay tantas opiniones en el mundo... En todo caso sería una idea más que veo y dejo pasar.
Sin embargo... esa "idea", esa Verdad, interiormente moviliza, molesta, hace retemblar las seguridades interiores y... quiérase o no, hace que lo busquemos a Dios.
¡GRACIAS!
¡Que Jesús lo haga siempre fiel!
Monica
Es realmente doloroso el contemplar como, para bien o para mal, la temática del sacerdocio termina orientada únicamente a lo humano (donde lo más doloroso es que la temática es cierta....).
ResponderEliminarDios quiera que este año sacerdotal nos ayude (y especialmente ayude a los sacerdotes) a elevar nuestra consideración a las realidades más altas del sacerdocio.
Muy lindo blog.
Respetos cuaresmales.
Natalio
Ave María...
ResponderEliminarSin duda causa mucho dolor todo esto. Cuanto más al corazón de nuestro Señor.
¡Recemos por nuestros sacerdotes!
¡Cuidemoslo con nuestra oración!
Acompañemos en lo que se pueda!
Ciertamente P. Grassi fué algo armado.Solo Basta con ver un informe real.
Otros casos en cambio reconocidos(tendrán que dar cuenta aquí en la tierra)y luego en el Cielo solo Dios será su Juez, recemos por su arrepentimiento.
Pero que el mirar el árbol no nos impida mirar el bosque.
Cuantos sacerdotes entregados hay sobre la tierra, mi gratitud al Cardenal Karlic y a muchos sacerdotes que tanto bien nos hacen con su vida ofrecida al Señor.
Que el Buen Dios y nuestra Madre Purísima los libre y guarde de todo mal.
Unidos cada día en oración y Eucaristía.