miércoles, 8 de agosto de 2007

Algo "faraónico" ha ocurrido.

Hace unos tres años, en una de las salidas que teníamos cada mes y medio cuando todavía era seminarista, hacíamos "dedo" con el ahora diácono Ariel Follonier, amigo del alma, en la ruta 39. Después de esperar un buen rato, se detuvo un coche chico, pero bastante nuevo. El conductor nos anunció que viajaba hasta Caseros, destino inmejorable par nosotros, primeromayenses.
Inmediatamente entablamos una conversación muy interesante, que aún recuerdo: el hombre había tenido una hija postrada, con una grave enfermedad, durante varios años. Este acontecimiento hizo difícil su camino de fe, pero a pesar de todo, no se mostraba resentido con Dios. También hablámos de política, de básquetbol, etc. Hasta que la conversación recayó sobre el tema de la vocación al sacerdocio. Y recuerdo textualmente una afirmación de este hombre: "lo que ustedes hacen es faraónico". Con Ariel nos quedamo impresionados, y muchas veces volvimos sobre esta conversación.
Esto"faraónico" -y con esta palabra supongo que nuestro "buen samaritano" quiso expresar "acontecimiento grande, inusitado, magnífico, fuera de lo común"- tuvo un momento culmen el pasado sábado 4 de Agosto. Cuando Ariel, junto con Ricardo López, recibieron la ordenación diaconal.
Qué tiene una ordenación diaconal de faraónico? No me refiero a la celebración, que estuvo muy cuidada en todos sus detalles; ni al marco grandioso de la catedral de Paraná; ni al coro, que ejerció su ministerio de una manera acertadísima, en la elección del repertorio y en la ejecución. Ni a la presencia de fieles venidos de varios puntos de la Provincia, ni a la de los 60 sacerdotes presentes.
No. Lo faraónico de una ordenación diaconal es la doble audacia que se conjugan en el misterio de toda vocación: la audacia de Ariel y Ricardo -Daniel, que se ordenaba presbítero, ya había hecho este paso en Noviembre-, para comprometerse para siempre -¡sí, para siempre!- a servir a Dios y a la Iglesia en obediencia y celibato. Y sobre todo, la audacia de Dios, de un Dios tan misericordiosamente audaz que se atreve a confiar en el hombre, y lo elige como su colaborador, como su instrumento, como su sacramento.
Este es el misterio de la vocación: Dios arriesga, Dios se juega por el hombre, y hace posible que el hombre, movido por su gracia, se juegue, y arriesgue por Dios, y por la Iglesia, para siempre. Para siempre en un mundo de lo fugaz, de lo pasajero, de lo instantáneo. Para siempre en medio de un clima cultural donde parece imposible proyectar, donde pocos se atreven a elegir, donde muchos permanecen en una indeterminación adolescente durante toda su vida...
Tan faraónico fue el hecho, que... hasta un perro quiso hacerse presente en el momento de la postración, mientras se cantaban las letanías a los santos. Parecía que este animal, que por un instante fue centro de atención de los orantes distraídos, no podía creer que algo tan grande sucediera todavía, y se puso bien cerquita de estos tres hombres jóvenes que, por amor, decidían morir a sí mismo para que Cristo viva en medio de su Pueblo.
Felicitaciones, Ariel, Ricardo y Daniel, y que sean santos sacerdotes para la Gloria de Jesús y la salvación del mundo!

3 comentarios:

  1. El P. Leandro siempre nos sorprende con algo... en el mes de diciembre pasado visitamos su parroquia. En la puerta del templo, había un pesebre, por el cual las personas que querían entrar, debían hacerlo agachado. Cuando le preguntamos por la idea nos explicó: "para entender el mensaje de Navidad es necesario hacerse pequeño..."
    ahora con este blogs.
    Con respecto al artículo, pienso que nuestra presencia es muy importante y evangelizadora.
    "Algo faraónico" es tener grandes ideales y jugarse por ellos. Eso vio en uds el señor que los trajo, cosa que hoy no se ve...y que el sábado nosotros fuimos testigos de su concreción: el primer paso de Ariel hacia el sacerdocio. Ojalá que todos los cristianos demos testimonio para que el mundo crea.
    Felicitaciones al P. Leandro por la idea y rezamos por sus frutos. Natalia N. de Orcellet

    ResponderEliminar
  2. hola PAdre!!
    A ver cuando me actualiza un poco el blog.
    SAludos
    Miriam

    ResponderEliminar
  3. querido padre,
    tenga mucho cuidado, la ruta es peligrosa. Su blog es una pegatina de todo un poco de cosas, pero no entiendo que es lo que quiere transmitir con este blog.
    todos somos simples servidores y cuando nos enconremos con el SEñor le diremos esto: sòlo hemos hecho lo que teniamos que hacer, solo fuimos simples servidores.

    Juan de Concordia

    ResponderEliminar