jueves, 8 de octubre de 2009

Un 9 de de octubre de 1994...

Muchas veces me preguntaron, durante mis años de seminario y también ahora, "cómo elegiste hacerte sacerdote"... Supongo que esa pregunta se la harán muchos, sobre todo en un tiempo donde la vocación al sacerdocio ya no es vista como algo "apetecible" para un joven cualquiera o para sus familias...
La respuesta, casi invariablemente, ha sido siempre: "yo no elegí, sino que fui elegido, me sentí llamado". Sólo el llamado de Jesús, su voz suave y firme que nos dice "sígueme", puede desencadenar la radical decisión de hacernos sacerdotes...
Y sigue otra pregunta, casi siempre: "pero, ¿cómo te diste cuenta? ¿Cómo supiste que Dios quería que seas sacerdote?"
Y aquí la cosa se complica. Porque la vocación es un misterio, un misterio de amor y de predilecciones divinas.
Y por eso es casi imposible de explicar, al menos como uno quisiera. Las palabras humanas quedan cortas, son meros balbuceos, para expresar lo inefable.
Yo sé, con toda certeza, que mi vocación es el sacerdocio. Sé que para eso he sido creado, que ese es el sueño de Dios sobre mi vida, desde toda la eternidad.
Pero me dí cuenta... hace exactamente ¡15 años!
Y cuando pienso en aquél 9 de octubre de 1994, y en todas las "casualidades" que se dieron, para que yo estuviera en cada sitio y con cada persona, y escuchara cada palabra, no puedo dudar ni un instante de que en todo intervino la mano providente del Padre...
Lo recuerdo todo casi con lujo de detalles: la lluvia torrencial que impidió el partido con el Depro, la posibilidad y el viaje frustrado a Gualeguay al encuentro de misioneros, la invitación del Padre Heraldo para ir con él, más tarde, en su Falcon celeste; la inusual invitación de Gustavo (hoy padre Gustavo) para tomar mates en su casa...
La revelación de su futuro: dejaría su carrera universitaria porque se sentía llamado por Dios y el año siguiente entraría al Seminario; la pregunta incisiva: "y vos, ¿nunca pensaste en ser sacerdote?", a la que respondí seguro: "la verdad que no..."
A las 8:30, la Misa, con poquita gente por la lluvia. Yo sentado a la derecha del Padre Reverdito, como monaguillo. Era el domingo XXVIII del ciclo B, y el evangelio era el del Joven Rico. "Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo; después VEN Y SÍGUEME" Y recuerdo como si fuera hoy la pregunta de Pedro, y la respuesta de Jesús...
Creo que el Padre Heraldo habló de la vocación, y de la alegría de la entrega, y de la grandeza de Dios que no se deja ganar en generosidad...
Y ya no recuerdo sino una sola cosa: cuando terminó la Misa, una certeza llenaba de paz mi corazón, y lo ensanchaba, y le abría horizontes infinitos: Jesús quería que yo fuera sacerdote. Lo sabía con toda seguridad, como que era domingo y viajamos a Gualeguay, y yo estuve todo el día "en otra".
¡15 años, Dios mío! Y desde entonces siempre, cada vez, siempre con la misma intensidad, incluso en los momentos más difíciles, continué experimentando esa serena seguridad de haber encontrado mi lugar en el mundo.
En este día lleno de hermosos recuerdos, quiero compartir con todos mi Magnificat:
¡Gracias Señor, por el don de la vocación! ¡Gracias porque sin mérito de mi parte, a pesar de mis pecados y mis limitaciones, me has llamado y me has sostenido hasta ahora! ¡Gracias por las personas que usaste como instrumento, y que sigues usando, para que conozca tu voluntad e intente ser cada día más "otro Cristo"!
¡Madre del Rosario! No dudo que el don de mi vocación ha sido una gracia tuya, recibida apenas un par de días después de tu fiesta. ¡No me sueltes nunca, y haz que cada día me entregue con más fervor! ¡Totus Tuus!

7 comentarios:

  1. Hola Padre!
    Que bueno poder leer sus palabras. Le mando un mail, su nota me hizo reflexionar algunas cuestiones.
    Y gracias por compartir esto con sus hijos.
    Rezo por ud, por el don del sacerdocio!
    AMP!

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  2. Padre. Gracias por compartir con nosotros ese 9 de octubre del 94. Lo tendré en mis oraciones.

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  3. Ave María...
    15 años y yo me atrevería a decir 30...
    ...antes que te formarás dentro del vientre de tu madre, antes que tu nacieras te conocía y te consagré...
    Bendito sea el Señor. Una vez más gracias por su vida entregada al Señor, o por el deseo de corazón que sea cada día así.
    Unidos en oración y Eucaristía hasta el Cielo.

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  4. Que lindo testimonio!!y muy lindas palabras como siempre....llegan y mucho.
    Yo también recorde este 9 de Octubre con mucha alegría, ya que se cumplieron 15 años de mi Primera Comunión, un recuerdo, un sello, una alianza y muchas cosas más que no se como explicar, se hicieron presente ese día, así como también la misma emmoción que sentí el día que por priemra vez recebi a Jesús!!Por eso me sumo al recuerdo y al sentimiento de descubrir a Jesús y lo que Él nos pide a cada momento...
    Gracias por todo!
    Rezo por todas las vocaciones!!
    ASJ!Pame

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  5. Qué bueno es conocer ese 9 de octubre!
    Saludos Padre.

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  6. AVE MARIA PURISIMA!!!!!!!!

    REZO POR SU SACERDOCIO, DIOS Y LA VIRGEN LO GUARDEN!!!

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  7. Padre.Qué grande es dar gracias al Padre Eterno, por haber conocido la misión a que nos mando aquí a la tierra, tiene una cadena de almas que van tras suyo. "Qué misión", cuantas almas son mandadas de vuelta al Padre Eterno sin completar su misíón que dolor para el cielo.Quien sabe cuantos futuros sacerdotes no pudiero llegar a serlo.Por eso me alegro con su alegria de poder consolar con su SI, un poquito el corazón del Padre Eterno. B DE B.

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