Todos los textos de este viaje son una joyita. Por la claridad de los conceptos. Por la valentía con la cual el Santo Padre toca "de frente" todos los temas, incluidos los más difíciles: relación Iglesia-Estado, la unidad de la Iglesia, la necesidad de la reforma...
Este que menciono me parece enormemente incisivo y con un mensaje para todos los católicos del mundo. La Iglesia debe cambiar, claro, pero, ¿qué debe cambiar?
Cito uno de los párrafos que más me impresionan y hacen pensar:
"Desde hace decenios, asistimos a una disminución de la práctica religiosa, constatamos un creciente distanciamiento de una notable parte de los bautizados de la vida de la Iglesia. Surge, pues, la pregunta: ¿Acaso no debe cambiar la Iglesia? ¿No debe, tal vez, adaptarse al tiempo presente en sus oficios y estructuras, para llegar a las personas de hoy que se encuentran en búsqueda o en duda?
A la beata Madre Teresa le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia. Su respuesta fue: Usted y yo.
Este pequeño episodio pone de relieve dos cosas: por un lado, la Religiosa quiere decir a su interlocutor que la Iglesia no son sólo los demás, la jerarquía, el Papa y los obispos; la Iglesia somos todos nosotros, los bautizados. Por otro lado, parte del presupuesto de que efectivamente hay motivos para un cambio, de que existe esa necesidad. Cada cristiano y la comunidad de los creyentes en su conjunto están llamados a una conversión continua."
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