jueves, 28 de octubre de 2010

Del Padre Castellani... sin comentarios


Franklin D. Roosevelt (†12 de abril de 1945)

            Murió don Franklin Delano              
            todo acaba todo muere.                    
            Murió don Franklin Delano.             
            Miserere.                    

            Murió uno de los Tres Grandes.                   
            Nadie es grande sino Dios.               
            Murió uno de los tres grandes.                     
            Quedan dos.              

            Murió sin ver la Victoria                   
            sin ver el fin de la guerra.                 
            Su conquista más notoria                  
            son siete palmos de tierra.                 

            Murió cuando no pensaba.                
            Se acabó en un brusco hipo,             
            con todo lo que esperaba.                 
            Pobre tipo.                 

            Se acabó la Casa Blanca                   
            el caviar, la vita bona;                       
            lo hundió de un golpe de tranca                   
            la Pelona.                   

            Murió temprano Delano                    
            nadie muere cuando quiere.              
            Murió el Panamericano.                    
            Miserere.                    

            Ya no ganará elecciones,                  
            ya no será reelegido.             
            Su alma llena de pasiones                 
            ¿dónde ha ido?                     

            Feneció como en la tierra                  
            fenece la frágil flor,               
            sin ver el fin de la Guerra                 
            ni el Mundo Nuevo y Mejor.                        

            Quería salvar el mundo                     
            la Cultura Occidental                        
            y la Argentina. Recemos                   
            por los que nos hacen mal.                

            ¿Qué se han hecho los extremos                   
            adónde quiso subir?              
            Todo se acabó. Recemos.                 
            Todos hemos de morir.                     

            Pasó su nombre a la gloria                
            su alma al «Ente Universal»,            
            dice Crítica. La Historia                   
            le dedicará un fanal.              

            Le dedicará un fanal             
            la Historia ni que decir.                     
            Si el pobre ha acabado mal               
            de mucho le va a servir.                    

            Su estampa a cuatro columnas                      
            que ha publicado La prensa              
            lo consolará en su tumba                   
            si está allá donde uno piensa.                       

            Murió don Franklin Delano              
            nadie por eso se altere.                      
            Acaba todo lo humano.                    
            Miserere.                    

            Morirán todos los otros.                    
            Aprendan que todo es vano,             
            si hay alguno entre nosotros             
            medio aprendiz de tirano.                 

            Ninguno exulte o se mofe,                
            ninguno se desespere.                       
            Todos echarán el bofe.                      
            Miserere.                    

            Piensen todos en la Pálida                
            que a todos apunta y tira.                 
            Vayan limpiando las ánimas             
            de mentira.                

            Querer pararla es en vano.                
            No esperen que los espere.                
            Morirán como Delano.                      
            Miserere.                    

            Miserere ei, Dómine, secundum magnam misericordiam tuam.                 
            Et secundum multitúdinem miserationum tuarum déle iniquitatem ejus...              

(Traducción libre del Miserere en latín que se rezó en la Catedral de Buenos Aires el 16 de abril de 1945, enviada por Sancho I desde su prisión de la Patagonia).

miércoles, 27 de octubre de 2010

¡Que descanse en paz!

Cuando mi mamá me mandó un mensaje esta mañana, que decía :"elevemos una oración por Néstor", pensé que se había descompuesto nuevamente, como en febrero y septiembre. Al conocer que esta vez su vida terrena había llegado al final, se me vinieron inmediatamente a la mente dos textos bíblicos, que la liturgia nos hizo escuchar hace muy poco tiempo. Con esto no quiero transformarme en juez de Néstor, para quien sinceramente pido salvación y misericordia. Pero diganme si los textos no se parecen mucho a la realidad...

El primero es Lc 11, 16-21
Les dijo entonces una parábola: "Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: '¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha'.
Después pensó: 'Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida'.
Pero Dios le dijo: 'Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?'.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios".

De que valen, en el momento de la muerte, los $55.537.290 de patrimonio declarado, los terrenos, hoteles, casas, estancias...
 

Y el segundo es Lc 12, 42-46
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.

De qué valen tantas peleas, tantos enfrentamientos, que sentido tienen a la luz de la eternidad tantas batallas y golpes dados a diestra y siniestra por un ratito de poder...

Todo eso se desvanece como el humo. Lo único que Nestor ha llevado y puede presentar al Supremo Juez son sus buenas acciones, el amor efectivo hacia los demás y la fe en Jesucristo. Roguemos, en un gesto de cristiana caridad, que Néstor encuentre misericordia.
Quiera el Señor que este acontecimiento nos ayude a todos los argentinos a fundar nuestra vida no sobre las arenas de las glorias humanas y del poder temporal, sino sobre la roca firme de la fe y el Amor a nuestro Señor.

lunes, 25 de octubre de 2010

domingo, 24 de octubre de 2010

¡Otro blog más!

Esta vez es en homenaje a los cincuenta años de vida sacerdotal de los padres César y Raúl Molaro. Como el lema de esta celebración es "Cien años de sacerdocio, salvadores con Jesús", el blog se llama
http://cienaniosdesacerdocio.blogspot.com/
¡Pasen y vean!

domingo, 17 de octubre de 2010

Sobre el rescate de los mineros chilenos y el aborto legal...


Me dejó pensando el tema este de los mineros… No lo seguí demasiado por los medios, porque nos tomó en el mes más complicado del año, con media docena de actividades que requerían mucho tiempo de preparación…
Me impresionó que la situación de riesgo de estas 33 personas mantuviera en vilo a miles de millones en todo el mundo, que se informaban, rezaban, pensaban y debatían sobre el tema en todos los ámbitos. Se estima que el momento en que el primer minero, Florencio Ávalos, emergió desde el fondo de la mina, unas mil millones de personas alrededor de todo el mundo vieron lo mismo que millones de chilenos. La “gente común” hablaba de los mineros en el supermercado, en las paradas del colectivo, en las salas de espera, como si los conociera de toda la vida, a veces con nombre y apellido. Muchos lloraron de alegría en el momento en que el primer salió a la luz del día. Así lo describía un medio de prensa:
"El reality show más apasionante que jamás hayas visto. El rescate de 33 mineros, que parecía ser su tumba bajo el desierto de Chile, fue la culminación de un relato mítico de la muerte y resurrección que, brevemente, unificó al mundo de alegría".

Impresiona también como para su rescate se movilizaron todas las fuerzas de un país, y se invirtió un caudaloso presupuesto.  El presidente chileno Sebastián Piñera afirmó que el rescate de los 33 mineros desde la Mina San José tuvo un costo de entre 10 y 20 millones de dólares, los cuales serán financiados por el gobierno y la empresa privada.
Más impresiona todavía la justificación del presidente para semejante gasto:
"Pero les quiero decir algo mucho más importante, cada peso valió la pena, cada peso se gastó bien y con un propósito noble: rescatar con vida y sanos y salvos a nuestros mineros", enfatizó el mandatario.

Mientras tanto, en Paraná miles de mujeres se reunieron para “debatir” temáticas relativas a la mujer. Miles de ellas –no todas, gracias a Dios- enarbolaron casi como único reclamo: “aborto legal, seguro y gratuito”. Parece, por momentos, que todos los problemas que afectan a las mujeres se resolverían, mágicamente, con la legalización del aborto.
La sociedad paranaense, en su mayoría, recibió desprevenida la venida del Encuentro Nacional de mujeres. Pensaron que quizá era verdad eso de un encuentro “abierto, horizontal, democrático, pluralista”, desmentido de manera casi grotesca con las pintadas que ensuciaron la ciudad y sobre todo con tantas imágenes de odio a la vida y a las miembros de la Iglesia Católica, expulsadas de los talleres con empujones, patadas y golpes de puño.
Si bien en su mayoría la sociedad rechazó el encuentro, me dejó preocupado el motivo del rechazo. Se vio en la televisión algún paranaense –que ojalá no exprese el pensamiento de otros- diciendo “si quieren abortar que aborten, pero que no vengan a ensuciar la ciudad…” En su lógica, era más grave una pintada que un homicidio. No le importaba en absoluto la suerte de los pequeñisimos seres humanos que para las organizadoras eran enemigos del bienestar humano: sólo le importaba la “limpieza” de su ciudad. Le parecía más grave la basura que el encuentro dejó en Paraná, que el hecho de que miles de niños fueran arrojados a la basura...

Y yo pensaba: la vida de los no nacidos, de los millones de niños y niñas amenazadas por quienes proclaman y quieren imponer el derecho a asesinarlos, ¿vale menos que la de los mineros? ¿O es que hay personas valiosas y personas que no lo son? ¿O es que solo tienen derecho a vivir aquellos que pueden pedir ayuda, gritando, mandando mensajes desde lo profundo de la tierra, haciéndonos sentir su deseo de continuar su existencia?
La comunidad internacional y la sociedad en general, que se conmovió por estos 33 –queremos creer que sinceramente- y que deseó con todas sus fuerzas que pudieran salir con vida del “seno de la tierra”, ¿puede permanecer indiferente ante la terrible injusticia y discriminación que sufren a diario los niños para quienes el seno materno se transforma en precoz sepultura? ¿Habrá quienes lloren de dolor y se conmuevan por tantos abortos, como se conmovieron y lloraron por cada minero rescatado?
El Estado chileno invirtió millones de dólares por “cada vida”. Dinero justamente invertido, sin duda alguna. ¿Puede llegar a ser el Estado Argentino y sus instituciones cómplices y autores de la muerte? ¿Es razonable que nuestro sistema de salud sea transformado, -por el egoísmo de algunos, por las ideologías y los intereses de otros- en una máquina de matar? ¿No es demencial y contradictorio que se pida el “aborto legal”, y de ese modo se reclame que el Estado Argentino invierte millones de dólares para la muerte?

Cada católico y cada hombre de bien debe ser conciente de que está frente a un desafío superior al que se enfrentaron los rescatistas en Chile. El combate entre la vida y la muerte crece día a día en la Argentina. El “aborto legal”, como signo de la disolución del alma argentina, parece aproximarse, a pesar de todos nuestros esfuerzos.
La lucha pro vida no puede reducirse, entonces, a una “proclamación de principios”. Por supuesto que esta es irrenunciable: tenemos que testimoniar el valor de la vida y nuestro rechazo al aborto en todos los ámbitos de la sociedad: en la educación, en los medios de comunicación, a través de las instituciones, con marchas, carteles, cadenas de correo electrónico, etc. Pero nuestro servicio a la vida debe ir más allá.
Jesús nos pide que rescatemos a cada niño de la amenaza de la muerte. Me viene a la mente el mensaje pastoral del Obispo de San Sebastián, España. En su maravillosa carta pastoral, ante la implementación de la ley de aborto legal más permisiva del mundo, el Obispo expresaba:
¿Y ahora qué? ¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados a la espera de los recursos judiciales? ¿Acaso la "causa de la vida" se reduce a la batalla legal? ¡Ciertamente no!... Como dice el refrán, "más vale encender una vela que maldecir las tinieblas". En estos días he recordado una famosa frase de la Madre Teresa de Calcuta, pronunciada cuando el aborto se liberalizaba en Occidente, en medio de fuertes polémicas: "No los matéis, dádmelos a mí. ¡Yo sí los quiero!". Tampoco puedo olvidar que en cierta ocasión un periodista le preguntaba a la Madre Teresa cuál había sido su estrategia para salvar a tantos niños y desahuciados de la vida. Su respuesta no dejaba lugar a equívocos: "¡Uno a uno!"
Pues bien, ha llegado el momento del "uno a uno"... La mayoría de las asociaciones provida han orientado su acción en los últimos años en esta línea. En muchos lugares -también en San Sebastián- ya vienen trabajando con gran éxito grupos de "rescate", bajo la coordinación de la fundación "RedMadre". Decenas de miles de vidas humanas han sido salvadas "in extremis", cuando tenían ya puesta la "cita" en el abortorio. Su método consiste en dar a la mujer embarazada soluciones alternativas al sacrificio de la vida de su hijo: acompañamiento personal, ayuda económica, pisos de acogida, asistencia médica y jurídica, etc.

Quiera el Señor que las familias católicas argentinas tengan la valentía y el compromiso de decir: “no los maten, dénmelos a mi”. Que podamos encontrar formas concretas de servir a la vida, de estar cerca de las personas que están en situaciones de riesgo. Que así como muchos invirtieron su esfuerzo y dinero para salvar 33 personas de la muerte, nosotros también mostremos nuestro compromiso colaborando incluso materialmente con las asociaciones que, gracias a Dios, ya están surgiendo en Argentina.
Quiera el Señor que dejándonos impulsar por la gracia del Espíritu Santo seamos capaces de custodiar el milagro de la vida, de cada vida humana.

Catequesis Prebautismal II

Ave María Purísima!!!
Revisando las estadísticas del blog, descubrí que muchos llegan a él buscando material para la catequesis prebautismal, que subí hace ya unos años en una de las primeras entradas.
Ahora quiero dejara a su disposición un Powerpoint que preparé y utilizamos en la parroquia para la charla prebautismal. En realidad es de la primera mitad de la charla: la segunda parte, referida a la "educación en la fe", no está. Pero creo que igualmente les puede servir, al menos como base de otras presentaciones más completas.

jueves, 14 de octubre de 2010

Peregrinación Hasenkamp-Paraná 2010

Había prometido acostarme temprano, pero... no pude resistir la tentación de sacrificar un rato de sueño para compartir la profunda emoción que me embarga por estas horas.
Es un poco inexplicable e inexpresable: hice la peregrinación ya varios años -con distintos "rendimientos..."- pero este año es especial.
La soñé desde principios de año, cuando supe que iba a ser una semana después del Encuentro Nacional de Mujeres. La esperè ansioso este último mes; la empecé a palpitar desde la primera reunión de preparación, una semana atrás.
Y hoy casi puedo decir que la necesitamos. 
La necesito yo, en primer lugar y como cada año, para expresarle a María mi cariño filial, la confianza ilimitada que aprendí a tenerle en este tiempo y que se renueva cada año para estas épocas.
La necesita nuestra Iglesia de Paraná, para poder expresarse y a la vez visualizarse a sí misma. No estará toda la diócesis, numéricamente hablando. Pero a lo largo de los más de 80 kms que -Dios mediante- caminaremos, podremos vislumbrar el misterio de la Iglesia, reunida "en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", y formada por miembros diversos: el Obispo y los sacerdotes, las religiosas y consagradas, los jóvenes y niños,  los ancianos; hombres y mujeres maduros, grupos de amigos, novios a punto de casarse, matrimonios con nietos... Gente de grupos misioneros, de Schoensttat, focolares, de la Acción Católica, catequistas, docentes de nuestras escuelas, ministros de la Comunión, Scouts, del movimiento de la Palabra, de Jornadas, de Cursillos, de Emaús... Todos formando "un solo Cuerpo", caminando de la mano de María, gritando al mundo el gozo de creer en Jesús y de pertenecer a la Iglesia. Alentándonos mutuamente, alegrándonos y consolándonos para poder llegar a la meta, símbolo de la meta definitiva que anhelamos alcanzar.
Y por eso mismo, la necesita nuestra sociedad paranaense y -por qué no- la necesita el mundo. Para recobrar la esperanza, y volver a convencerse de que no todo está perdido. Para que las marchas de la muerte, los gritos, los insultos, el odio a la vida y a la verdad, sean suavizados y contrarrestados con el lenguaje del Amor y de la Paz. Para que la sociedad pueda también redescubrir que la Iglesia no es basura, ni es la dictadura, sino que -con nuestras limitaciones y pecados incluidos- la Iglesia  es una gran familia, es el inicio del reinado de Jesús, "reino de Verdad y de vida, el reino de la santidad y de gracia, El reino de la justicia, el amor y la paz". Para escuchar que una multitud apuesta por el perdón y la reconciliación, que sabe que "el camino es el amor", y que está dispuesta a hacer brillar en el medio de la noche de los tiempos, la luz del Evangelio.
Será una marcha a favor de la vida, a favor de la familia, a favor del hombre, de todo hombre. 
Será una marcha por la mujer y hacia la Mujer, porque caminamos sabiendo que unos brazos maternales nos esperan en el Santuario. Y sin habernos puesto de acuerdo, estoy seguro de que muchos caminaremos pidiendo al Señor por todas las mujeres que, días atrás, nos han permitido ver sus heridas, sus carencias, la ausencia de Dios en sus vidas, y por eso la ausencia del amor.
A María, Mujer, Hija, Esposa, Madre de Jesús y de los redimidos, confiamos el alma de cada una de ellas.

martes, 12 de octubre de 2010

XXV Encuentro Nacional de Mujeres en Paraná. ¡Esto también pasó!


Es posible que hayan visto, directamente o por los medios, algo del Encuentro Nacional de Mujeres. Casi todo lo que trascendió fue muy feo, en el sentido más profundo de la expresión. Si suele relacionarse la mujer con la belleza, y la belleza con la mujer, poco de femenino y de bello, puede encontrarse en lo que se difundió. Lo más grave de todo: muchas mujeres –ancianas algunas, maduras, jóvenes muchas- gritando de manera exaltada “aborto legal”. Es el absurdo en una de sus expresiones más grotescas. Es una lamentable e inconcebible contradicción: quienes tienen por vocación dar vida reclaman el derecho a matar. Y como si fuera una metáfora de ese absurdo de la fealdad y la muerte: plazas devastadas, calles y edificios pintados, chicas muy “desfemeneizadas” –feas, en suma-, empujones, insultos, gestos. Podríamos seguir enumerando…

Quiero contar que, en este fin de semana largo –para muchos, el más laaaaargo que viviremos en años…- sucedieron cosas maravillosas, impresionantes. Como “no hay mal que por bien no venga” y como Dios “ordena todas las cosas para el bien de los que lo aman” y “sabe sacar bienes incluso del mal”, este encuentro nos hizo redescubrir la belleza de lo que hemos recibido y de lo que –aun imperfectamente- somos.
Lo voy a contar en forma de agradecimiento, desde la experiencia vivida como vicario de San Francisco de Borja, y aunque no nombre a todos, los que lean sabrán reconocerse. Como no tengo el diccionario de sinónimos al lado, seguramente voy a repetir los adjetivos: la emoción a veces corta la inspiración...

Gracias, en primer lugar, a nuestros Obispos. Que nos han dado un testimonio impresionante de paternidad. Que se la “bancaron” de una manera increíble, asumiendo este desafío con una entereza notable. Cuento algo que lo refleja de un solo trazo. El Domingo al mediodía, después de la Misa de niños  en Borja, fui al Colegio sede. Estaban llegando las mujeres de los talleres y allí, no solo las recibían los servidores con aplausos y vivas, sino el mismísimo Arzobispo, al “rayo del sol”. Saludando, felicitando a las que venían con aire de triunfo, consolando a las que llegaban angustiadas… Así también Monseñor Fernández. Iluminando ambos con sabiduría evangélica la difícil tarea de las católicas en el Encuentro. Gracias también a tantos hermanos en el ministerio, que se brindaron enteros y con quien pudimos compartir momentos intensos.

Gracias a todas las mujeres que participaron. Nuevamente, ancianas algunas, maduras otras , jóvenes muchas. Con un temple heroico, con una enorme conciencia de su identidad y de su misión. Con verdadero espíritu evangélico, exponiéndose en muchos casos a la violencia verbal y hasta física. Gracias por su preparación, por el estudio previo, por los sacrificios y renuncias que les implicó participar. Agradezco en especial a las de mi parroquia, a quienes colaboraron más de cerca en la preparación –por la paciencia, por la disponibilidad, por poner la cara-. Estoy seguro que esta experiencia ha sido para todas de un enorme enriquecimiento.

Gracias a todos los que fueron parte de la Comisión Organizadora. Sé que todo ha sido muy duro, muy difícil. Que había decisiones complicadas de tomar. Que había que lograr acuerdos que no eran tan simples. Vi de cerca a dos de las más involucradas, y realmente quedo conmovido por semejante abnegación y espíritu de servicio.

Gracias a todos los miembros de la comunidad parroquial. En ellos reconozco y agradezco a todos los fieles de la ciudad que abrieron sus hogares y dispusieron sus bienes, y que de una u otra forma ofrecieron todo para que nuestros visitantes estuvieran bien y se sintieran “en casa”. En nuestra Parroquia nos tocó recibir a las tucumanas. Fue hermoso poder palpar la solidaridad en quienes donaron cosas para el desayuno –teníamos como para 3000 desayunos-, prestaron sus colchones, recibieron como a verdaderos hermanos a desconocidos, ofrecieron sus casas para que pudieran ducharse, limpiaron la escuela, pasaron la noche en vela, prepararon el desayuno, dejaron todo en condiciones para las clases. Gracias también a todos los que participaron como servidores, entregándose con una generosidad admirable para preparar y entregar almuerzos, mantener limpios los lugares comunes, limpiar los baños, cuidar a las chicas, acarrear sillas… En total, cientos de personas movilizadas para servir. Sin cobrar un peso, sin reclamar reconocimiento. Ellos no salieron en los diarios, pero el Padre no se olvida de sus gestos de amor. ¡Gracias!

En todo esto creo que podemos percibir la belleza del Evangelio, la hermosura de ser cristianos. Frente al reino de la Mentira, queremos permitirle a Jesús que nos ayude a ser testigos de la Verdad. Frente a la Cultura de la Muerte, nosotros decimos sí a la vida. Frente a la violencia y el odio, nosotros queremos ser testigos del perdón, del amor y de la paz. Frente a la soberbia y la prepotencia de los poderosos de este mundo, nosotros enarbolamos la bandera de la mansedumbre, la humildad y el servicio.

lunes, 4 de octubre de 2010

25 años de la Escuela San Francisco de Borja

Otra entradita corta, eta vez con otro tema.
El viernes celebramos los 25 años de la Escuela San Francisco de Borja. SI bien yo solo viví los últimos cuatro años y medio, quiero aprovechar este espacio para compartir el video que se preparó con imágenes de momentos muy importantes para la vida de la institución.
Aprovecho para agradecer a todos los que rezaron, que trabajaron, que se sacrificaron para comenzar con esta gran obra evangelizadora y educativa.
Este es el link del video
¡Bendiciones!

¿Derecho al aborto o deber de salvar a los dos?

“De acuerdo a la idiosincrasia de nuestro pueblo, es más adecuado buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos."

Esa frase no es de la Madre Teresa de Calcuta, ni de un dirigente pro-vida, ni de una conferencia episcopal.
Por el contrario, se trata de un ex presidente democrático sudamericano, médico, perteneciente a un partido de izquierda, quien, fiel a su razón y a su conciencia, no está dispuesto a acallar ni disimular ni menospreciar ningún dato de la realidad. Se llama Tabaré Vázquez.

Les dejo el link al interesantísimo artículo publicado por Osvaldo Bodean, en el diario El Entre Ríos. No es mi intención, obviamente, "canonizar" a Tabaré Vazquez, ni avalar todas sus políticas, que por otro lado no conozco en profundidad. Sólo quería compartir con ustedes el testimonio de que, usando la razón correctamente y sin prejuicios ideológicos, se puede comprender el valor sagrado e inviolable de la vida humana desde su concepción.

domingo, 3 de octubre de 2010

María y el Encuentro Nacional de Mujeres


¿Quién será la Mujer que a tantos inspiró 
poemas bellos de amor? 
Le rinden honor la música y la luz, 
el mármol, la palabra y el color.
¿Quién será la Mujer que le rey y el labrador 
invocan en su dolor, 
el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, 
el santo al igual que el pecador?
             María es esa Mujer 
            que desde siempre el Señor se preparó, 
            para nacer como una flor 
            en el jardín que a Dios enamoró.
¿Quién será la Mujer radiante como el Sol, 
vestida de resplandor,
la luna a sus pies, el cielo en derredor, 
y ángeles cantándole su amor?
¿Quién será la Mujer humilde que vivió 
en un pequeño taller, 
amando sin milagros, viviendo de su fe, 
la esposa siempre alegre de José?

Pocos cantos expresan tan bien la veneración que la Iglesia rinde a María. Nos la muestra pequeña y sencilla, cercana, cotidiana, y por otro lado, Señora del cosmos: los astros, los ángeles, el universo, se inclinan ante ella.
Se acusa a la Iglesia de “discriminar” a la mujer. De relegarla a puestos de menor importancia y predicar su sometimiento hacia el varón, en la familia y en la sociedad.
Es cierto que no siempre la Iglesia supo traducir en su vida concreta lo que la Escritura revela con claridad –la igualdad en dignidad del varón y la mujer-. Hoy se han dado pasos para una mejor comprensión y promoción del papel de la mujer en la Iglesia. Pero se puede afirmar que ningún otro sistema de pensamiento ni religión han valorado tanto al sexo femenino. La veneración a María es prueba de ello.
Alguno dirá: “ustedes veneran a María, pero señalan en ella su papel "doméstico." Su arquetipo de mujer es una ama de casa sumisa a su esposo, dedicada a criar a su hijo”.
Ante esto podemos decir: lo más grande que una mujer ha realizado en la historia ha sido la maternidad. Dios quiso necesitar de María, no sólo de su seno y su alimento, sino que quiso hacerse hijo, en el pleno sentido de la expresión. ¡María educó a Dios! ¡Dios hecho hombre quiso aprender de una mujer a amar como hombre, a cumplir la Ley del Padre, a rezar…! Otro canto lo expresa con finísima poesía

“Quien hizo las estrellas te vino a mendigar 
tu carne y tu latido de mujer; 
el Dios omnipotente no quiso renunciar 
al gozo de acunarse en tu querer”.

Y esta misión, María la cumple libremente. Tanto respeta –venera- el mismo Dios a la mujer, que le “pregunta” si acepta  ser su Madre. Toda la historia de la Salvación dependió de la decisión de una mujer. Por eso la misión de María no se limitó a las "cuatro paredes de su casa": tiene un alcance cósmico, universal. El gran San Bernardo, con elocuencia incomparable, lo describe así, hablándole a María:
“Mira que el ángel aguarda tu respuesta, porque ya es tiempo de que se vuelva al Señor que le envió. También nosotros, Señora, esperamos esta palabra de misericordia, que nos librará de la muerte a la que nos condenó la divina sentencia. Mira que se pone en tu mano el precio de nuestra salvación: al punto seremos librados, si tú consientes.(…) Esto te suplica, piadosísima Virgen, el triste Adán, desterrado del Paraíso con toda su miserable posteridad; esto te piden Abrahán, David y todos los santos Padres tuyos, detenidos en la región de la sombra de muerte; esto mismo te suplica el mundo postrado a tus pies. Y no sin motivo aguarda con ansia tu respuesta, porque de tu palabra depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salud de todos los hijos de Adán, de todo vuestro linaje.

La historia se repite en nuestro siglo. La familia, la sociedad, el mundo necesita de la mujer, porque sólo ella puede plasmar, como instrumento de Dios, corazones nuevos, que construyan un mundo nuevo.
En los valores femeninos –la acogida del otro, la capacidad de dar vida, su capacidad única de resistir en las adversidades- está la clave de la solución de los problemas de nuestra sociedad.
Que en esta fiesta de la Virgen del Rosario tan especial todas las mujeres cristianas puedan comprender la inmensa tarea que Jesús les pide.