martes, 20 de diciembre de 2011

“Yo soy católico pero no voy a Misa”



Es sabido que en los últimos años ha disminuido considerablemente el número de fieles católicos que participan de la Misa de los domingos. Se calcula que actualmente sólo asiste un 6 o 7 % de los que se declaran católicos en Argentina. No estoy seguro de que en nuestra comunidad lleguemos a este porcentaje.

Buscando razones
¿A qué se debe este fenómeno? Hay en Internet cientos o miles de artículos mejores que este sobre el tema. Es muy difícil dar una respuesta general. Cada caso es distinto, cada persona es un misterio único e irrepetible, cada historia tiene matices y acentos particulares.
Pero me atrevo, desde mi corta experiencia, a señalar dos factores, entre muchos otros que se podrían dar:
1.      Sin duda que mucho tiene que ver el que vivamos en una cultura marcada por el secularismo. ¿Qué significa esta palabra extraña? Viene de saeculum, siglo, y con ella se nombra la actitud de vivir como si Dios no existiera, dejar a Dios de lado, ponerlo al margen de la vida cotidiana. Si nos dejamos llevar por lo que nos muestra la televisión, por ejemplo, parecería que Dios es un simple actor de reparto, que puede estar o no, y que incluso es mejor que no aparezca. El hombre es el único protagonista de su historia y de la historia en general. Dios sólo aparece cuando hay una necesidad extrema, cuando nos damos cuenta que… hay cosas que nos superan. Lamentablemente este Dios, así como aparece, es un Dios bastante distinto del que nos presenta Jesús en el Evangelio, un Dios Padre Providente en quien confiar, que está presente en cada momento de nuestra vida. Es un Dios a quien le pedimos o exigimos cosas, y en última instancia un Dios que tiene que hacernos caso. Termina siendo  casi siempre el culpable de todos los males que nos ocurren.
2.      Y un segundo factor -permítanme hablar en difícil, por una vez al menos- es el materialismo hedonista. ¿Qué es esto? Es la actitud de quienes viven solamente pendientes de las cosas materiales, a espaldas de los bienes y valores espirituales. La vida por lo tanto, consistirá en todo tipo de estrategias por “pasarla bien” por obtener el mayor placer posible con el menor perjuicio. Eso significa hedonismo (de hedoné: placer): una búsqueda desenfrenada y exclusiva del placer. Basta, nuevamente, encender el televisor, o escuchar con atención algunos de los temas musicales de moda, para darnos cuenta de esto.
Estas dos actitudes hacen difícil la vida de la fe. Nos envuelven, nos rodean por todos lados, y si nos descuidamos se “meten” en nuestro corazón y nos roban la verdadera fe. 
Y con ella nos roban el deseo de celebrar a Jesús, de hacerle un lugar a Dios en nuestra semana. Vueltos y seducidos por los bienes materiales y por el placer sensible, ¡qué difícil se nos hace gozar el amor de Dios, que es Espíritu, y su presencia en la Eucaristía, que es es escondida! Nos cuesta “sentir” la Misa, y por ello… desertamos.

"Argumentos" para desertar
Yo creo que las dos anteriores son las causas generales que explican la deserción de los católicos del culto eucarístico: secularismo y materialismo.
Pero como somos personas, dotados de inteligencia, necesitamos otras razones. Y como a nadie la gusta, en general, aceptar que “perdió la fe” –todos “creen mucho en Dios”- o que hacen lo que les da placer sensible, se han ido elaborando distintos argumentos que “demuestran” la no necesidad de ir a Misa.


Yo quisiera mostrar, muy brevemente, que esos supuestos “argumentos” en realidad son pretextos, excusas, ni más ni menos. Quisiera dialogar imaginariamente con quienes tal vez tengan esta visión o experiencia de las cosas.
Evidentemente, parto de la fe. Si no tenemos fe en la Palabra de Jesús, en lo que nos dice en la Sagrada Escritura, nada de lo que te diga tendrá sentido. 
Pero si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos decir “yo soy católico pero no voy a Misa”. Porque la Misa está en el centro, porque renunciando a ella  renunciamos a nuestra identidad.

Cinco falsas razones para no ir a Misa
1.  “No tengo tiempo”: Mentira. Uno se hace tiempo para las cosas que ama. Un novio o una novia enamorados son capaces de mil sacrificios con tal de encontrarse. Si no encontramos tiempo para estar con Jesús, es porque en realidad no lo amamos suficientemente. O porque no creemos en su Palabra, ya que Él nos ordenóhagan esto en memoria mía”, y dijo también “El que como mi carne tiene Vida eterna” O no te interesa ir al Cielo, o no creés del todo en la Palabra de Jesús.
2.  “Las personas que van son peores que yo, ¿para qué ir?” El pecado de los cristianos es algo terrible, y nosotros deberemos dar cuenta ante Dios si alguien se alejó de la fe por nuestro mal testimonio
Pero eso nunca justifica la deserción de un compromiso vital para la fe. Además, ¿no te acordás que Jesús dijo: “no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” y dijo también: “el que no tenga pecado, que arroje la primer piedra”?. Alejándote por esta “razón” te parecés bastante a los fariseos a quienes Jesús condenó… y bastante poco a Jesús que no dudó en compartir la mesa los pecadores.
Por otro lado, pensá cuanto peores serían esas personas tan malas que van a Misa… ¡si no fueran!.
Pensá también cuanto mejores serían si en lugar de rechazarlas, te sumaras a la comunidad y con tu buen ejemplo – que no dudo que des- los ayudaras.
3. “No me gusta el sacerdote, cómo da la Misa, la cara que tiene, la homilía, etc…” Es verdad que los sacerdotes tenemos obligación de ser santos, y casi nunca lo somos. Y que deberemos dar cuentas ante Dios si hemos sido malos ejemplos. Es verdad también que Dios no se fijó en nosotros porque fuéramos lindos –qué ocurrencia, ¿no?-.  Y que no todos tenemos facilidad para predicar… Y que a algunos la Misa les “sale más linda” y a otros no tanto…
Pero en la Misa Jesús se hace presente independientemente de la santidad o del pecado del ministro, de sus cualidades o deficiencias. Él mismo viene como “Pan de Vida”. ¿O vos dejas de ir al médico porque no te gusta la cara de la secretaria? ¿O dejas de ir a cobrar el sueldo o jubilación porque no te gusta la voz del empleado del banco o el color y la forma del cajero electrónico…?
En mi vida participé de Misas espléndidas y de otras que dejaron mucho que desear… Muchísimas las celebraron sacerdotes ejemplares, y otras sacerdotes con defectos de todo tipo… En todas, absolutamente en todas, Jesús “me amó y se entregó por mí”. Y eso basta.

4. “Yo rezo en mi casa, Dios me escucha igual” Rezar en casa es algo muy bueno. Jesús nos enseñó a rezar pasando noches enteras en oración. Pero hay una manera todavía mejor de rezar que hacerlo en nuestra casa, y es rezar junto a los demás hermanos en la fe. Y la Misa es la mejor oración. Cuando celebramos la Misa, el mismo Jesús se hace presente y él recoge nuestras oraciones y las presenta la Padre. Además no basta con rezar: Jesús dijo que el que no comía su carne no tendría vida en Él. Y nos dijo también, en la noche de la  Institución de la Eucaristía, en la alegoría de la Vid y los sarmientos –de una fuerte resonancia eucarística-: “Sin mí, nada pueden hacer”. Para cumplir los mandamientos, necesitamos la fuerza que sólo nos viene de la Comunión.
5.  “No entiendo nada, me aburro” Aburrirse en la Misa no es culpa de Dios, ni de Jesús, sino de nuestra habitual ignorancia. Yo, por ejemplo, me aburriría enormemente si fuera a una exposición de cuadros antiguos, porque no entiendo nada de pintura. Pero si me pusiera a estudiar, seguramente llegaría a apasionarme.
Para vivir la Misa y comprenderla, es necesario tratar de formarnos, de comprender más, de leer, de aprender. Acercate a algún familiar o amigo que sí la viva bien, y preguntale como hace. Acercate al sacerdote y planteale tus dudas.
 Por otra parte, ¿quien dijo que la Misa tenía que ser divertida? Para divertirnos podemos ir a la cancha, a un salón de fiestas o a una peña. La Misa es la renovación del sacrificio de Cristo en la Cruz, en la cual él se da como alimento. A Misa vamos participar y asociarnos a Su sacrificio, vamos a adorar y a escuchar, vamos a entregarnos a Dios, y para eso debemos serenarnos y rezar.

Podría escribir horas y horas de las riquezas del Misterio eucarístico… Me alegraría por el solo hecho de que alguna de estas líneas te hayan ayudado a pensar… Y que seamos muchos más los que nos reunamos cada semana para revivir el sacrificio del Cordero, que anticipa el Banquete del Cielo.

8 comentarios:

  1. Excelente! Te faltó una excusa común: "Hace mucho calor" (o frío, o viento o....)pero para otros eventos, el clima no es impedimento.
    Ojalá, todos podamos descubrir que esa horita que le ofrecemos al Señor, tal vez, venciendo la tentación de poner alguna de esas excusas, nos sirve para vivir mejor una semana entera.
    María

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  2. ¡Es verdad! Me faltaron varias, ahora se me van ocurriendo.
    "Es demasiado tarde, no me gusta andar de noche" dicen algunos... que después pasan 4, 5, 6 y hasta 7 horas en una fiesta de recepción, casamiento o cumpleaños de 15, y vuelven de madrugada, :)

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  3. LA MISA NO ES UN SHOW! Así como en un acto de colación etc,no todo es diversión.. Mila

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  4. Otra escusa P.Leandro es: voy cuando tengo ganas, sinó no vale la Misa sin ganas, además si no voy el Domingo ...pero puedo ir cualquier día.
    Cuando tengo ganas entro a una Iglesia y rezo (como si tuviera el valor de la Misa Dominical)
    María Beatriz

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  5. Totalmente de acuerdo con este artículo, la pereza especialmente y la desmotivación nos pueden. De hecho, este artículo sería una estupenda homilía.

    Pero también es cierto que hay muchos jóvenes que no consiguen conectar con una Iglesia que parece hecha a medida de la gente más mayor (no siempre, que conste), y no se trata del hecho que los sacerdotes sean más o menos santos, sino en la forma de comunicar, de transmitir el Mensaje.

    En este artículo se da por hecho que el esfuerzo lo debe hacer el feligrés, aunque a veces nos resulte aburrido, pero es que el feligrés muchas veces tiene inquietudes, quiere encontrar a Dios en el día a día, y el hecho de que un sacerdote dé misa para su camisa, o que hable en términos demasiado teológicos, o que diga misa siempre igual sin ningún incentivo más que el conseguir no dormirse, no ayuda y no resuelve nuestras inquietudes. Pero tenemos que ir porque hay que ir. Vale, eso lo hacemos los católicos practicantes convencidos pero ¿quién rescata a los otros?

    No se trata de atraer a misa a los “buenos”, a los que tienen en cuenta todos los puntos de este artículo un con una pequeña reflexión decimos “es verdad, hay que ir”. Se trata de atraer a misa a la gente que todavía no ha descubierto a Jesús en su plenitud, a los que necesitan ser convencidos, a los que necesitan ese empujón para ir con alegría a misa para encontrarse con Dios, a los que quieren encontrar a Dios y les parece que una iglesia con olor a naftalina y un sacerdote que habla y habla en el mismo ton durante 4 horas hasta que consigue dormirte…

    La prueba está en la Parroquia Santa María de Caná de Pozuelo de Alarcón, donde el párroco es un sacerdote joven cuyo principal atractivo no es el mero hecho de ser joven, sino de ser capaz de transmitir a los jóvenes la Palabra de Dios de una manera cercana y dinámica. Una gran parte de la población de Pozuelo son matrimonios jóvenes, ¿cómo ha conseguido ese sacerdote atraer a tanto joven? Creo que habría que estudiarlo un poco.

    No digo que los católicos tengamos que sentarnos y esperar a que vengan a por nosotros, y escudarnos en lo tedioso de una misa para no ir. Pero también es cierto que la comunidad religiosa debería renovarse para poder llegar y aportar cosas verdaderamente útiles para la fortaleza de la fe en un día a día que obvia a Dios por sistema. No vamos a poner ahora a los sacerdotes a hacer campañas de marketing, pero sí quizá deberían revisar su discurso rutinario, quizá deberían ahondar más en el día a día de la gente de a pie y ver cómo nos pueden ayudar a acercarnos a Dios en una sociedad que te lleva como una marea y no te deja tiempo para nada.

    Y también se trata de recuperar a los que sí van a misa, pero con los oídos cerrados, como autómatas, porque hay que ir, simplemente. Si nos fijamos, la inmensa mayoría de la gente que va a misa es gente mayor, gente que antes también fue joven y probablemente tampoco iba a misa. ¿Por qué van a misa ahora? Porque se ven al final de su vida y empiezan a verle “las orejas al lobo”.

    Dios es mucho más que el ir a misa por ir. Hay que buscar un sentimiento, hay que encontrarse con Dios, hay que encontrar palabras de aliento para superar el día a día en una sociedad que no te deja parar ni para reflexionar. Yo también busco que me ayuden a fortalecer mi fe, busco lo que Juan Pablo II me daba, abría la boca y de repente me hacía entender y me llenaba el corazón. Sé que hablamos de palabras mayores, pero la idea es esa, llegar a la gente y que la gente pueda llegar a sentir esa experiencia de tener a Dios en sus vidas a través de nuestra Santa Madre Iglesia. Busco, y me cuesta encontrar…

    En unos momentos tan duros para la Iglesia y especialmente para los sacerdotes, creo que es muy importante que éstos vivan dentro de la sociedad, que se hagan partícipes y nos hagan partícipes, y así poder eliminar la imagen del sacerdote caminando apartado de la vida real y anclado en el pasado.

    Es sólo mi humilde punto de vista.

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  6. Gracias por los comentarios!
    Especialmente el último, realmente podrías escribir un blog, :)
    ¡Todo lo que dices es cierto, tienes razón!
    Existe una preocupación en la Iglesia por la "desconexión" que a veces hay entre el mensaje y los destinatarios. Desconexión que se da por varios factores.
    Uno de ellos es, sin duda, la pereza con la cual muchas veces los que predicamos ejercemos el ministerio. Pereza para preparar la homilía, pereza para ponernos a la escucha de las necesidades de nuestro pueblo, pereza para intentar "retraducir" la Palabra Eterna como mensaje significativo y que transforme la vida de las personas.
    Podrían escribirse o decirse muchas cosas sobre el asunto, te agradezco el comentario porque me ayuda a pensar. Hablamos con mis compañeros sacerdotes de esto a menudo.

    Sólo entresaco una frase:
    "Dios es mucho más que el ir a misa por ir."
    Creo no haber dicho eso en ningún momento. Desde el inicio del post hablo a quienes tienen FE, e intento mostrar como la celebración es una consecuencia lógica de la Fe.

    Desde luego, tenemos que pensar como suscitar la Fe en aquellos que no la tienen, o que la han perdido, o que la están perdiendo... El año próximo habrá dos acontecimientos muy importantes: el sínodo para la Nueva Evangelización y el "Año de la FE"

    Gracias! Seguimos en contacto. Feliz Navidad en el Señor!

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  7. Muchas gracias por su comentario Padre Leandro, y por tomarse su tiempo en leer mis inquietudes. Me temo que me he explicado mal en dos puntos.

    La pereza iba por mí, no por los sacerdotes. Es algo de lo que me confieso continuamente y no consigo vencer.

    Y no he puesto en su boca lo de "Dios es mucho más que ir a misa por ir". Siento que lo haya interpretado así. Es sólo una reflexión, porque en el 90% de los casos yo voy porque hay que ir, si no lo hiciera me sentiría mal. Pero a veces se da ese 10% de ocasiones en que de verdad Dios se me revela y siento una gran felicidad.

    Supongo que el truco estaría en que los sacerdotes fueran un poco más terrenales, y nosotros un poco menos!

    Muchas gracias por este maravilloso blog. ¡Feliz Natividad!
    Cristina

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  8. Padre Leandro.. FELICITACIONES POR SU BLOG. Todo lo expuesto es muy cierto. Yo misma hasta no hace mucho , ponia esas excusas.. y si pues,mi fe habia decaido, pero... una amiga vino un dia, trayendo un folletito de RADIO MARIA (http://www.radiomaria.org/media/start.asp?SOURCE=peru&TITLE=peru) y desde internet lo empece a oir..y hasta ahora no puedo dejar de escucharla.Es lo primero que pongo en mi computador al ingresar a laborar y la escucho tambien en casa. Con la escucha diaria retome los caminos al Señor. Luego de haber estado lejos delSeñor por aprox. 18 años fui al confesionario y comulgue. Me ayudo mucho escuchar la radio catolica y tambien BUSCAR POR MI CUENTA INFORMACION sobre todo lo que habia olvidado (rezar el santo rosario, el significado de cada acto en la santa misa, las oraciones,leer un pedacito de la biblia a diario) Es como dicen que ANDABA DISTRAIDA en las cosas de la tierra y habia perdido de vista a Dios. Gracias ,mil gracias porque gracias a uds. es que volvemos al rebaño del Señor. DIOS LO BENDIGA PADRE LEANDRO. Lindisimo su blog.
    Nilda.

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